La definición del orden urbano moderno se realiza a partir de principios e ideas que operan en diferentes estados de sociedad a modo de sistemas clasificatorios de la realidad. Sin embargo, las líneas de demarcación del orden social no son estables, se encuentran en relación dialéctica con un contexto social que mira, controla, explica. Lo urbano, de esta forma, se presenta como una realidad compuesta por relaciones a concebir, construir o reconstruir.
El presente trabajo parte de nuestra preocupación por el carácter “natural” que adquieren en las sociedades modernas las construcciones discursivas sobre lo esperable y deseable para la ciudad y sobre aquellos aspectos considerados problemáticos para las normas de urbanidad convenidas. Particularmente, por las concepciones sobre el orden urbano y las emergencias sociales que se manifiestan a lo largo del siglo XX en los tratamientos informativos de la prensa riocuartense (Argentina). Partimos de la inquietud por la naturalidad de esas concepciones y sostenemos que para poder reflexionar sobre ellas no podemos escindirlas de un particular clima de época. Así, nuestros estudios están atentos a la manera en que el clima de la época se hace presente en las construcciones mediáticas y a la forma en que la práctica periodística aparece articulada a un conjunto de otras prácticas que dirigen su mirada a la ciudad.
Estas preocupaciones nacen de investigaciones anteriores (Demarchi, 2007, 2010; Cimadevilla, Demarchi, Galimberti, 2011) dirigidas a analizar el tratamiento informativo que la prensa de la ciudad de Río Cuarto realiza sobre un sector y ambiente social y cultural que se caracteriza por ser ni típicamente urbano ni típicamente rural; condición social emergente y resultante de una diversidad de procesos de interpenetración y coexistencia de contrarios que nosotros definimos como rurbana. Nos referimos a actores que resuelven su existencia mediante actividades de rebusque desarrolladas en la ciudad a través de objetos y prácticas fuertemente vinculados a lo rural. Carreros, cirujas, recuperadores urbanos de residuos u otras denominaciones se utilizan para nominarlos. En los análisis observamos que esta condición de vida se presenta para la prensa como problemática y anacrónica, se vincula a una reflexión que la exhibe a la luz de situaciones coyunturales y se explica a partir de lecturas urbanas que utilizan parámetros de la modernidad para juzgarla. Cuando los medios de comunicación la abordan lo que se resalta se resume en no muchas palabras: pobreza, núcleos familiares numerosos, informalidad, baja instrucción, precariedad, riesgo sanitario, problemas en el tránsito, inconvenientes múltiples en y para la ciudad. Las interpretaciones que se le dedican giran en torno a los sentidos de atraso y retroceso en el que se sitúa. De esta forma, se ofrecen tratamientos discontinuos que no van más allá de cierto “sentido común” que vincula las actividades de quienes se sitúan en esa condición de vida a diversas situaciones problemáticas que se ubican en un espacio de lo impensable y no deseado.